Entrevista a Susanna Martín


¿Cómo surge el proyecto de la novela gráfica Sonrisas de Bombay? ¿Conocías la ONG o a Jaume Sanllorente?

Creo que Norma llevaba años con la idea del proyecto. Tras el éxito de la novela de Jaume Sanllorente, se planteó la posibilidad de hacer un cómic, supongo que para acercar todavía más su historia, y empezaron a buscar autor@s y maneras de contar esa experiencia. A mí me llegó un día un mail de Óscar Valiente, tras publicar Alicia en un mundo real, proponiéndome este proyecto. Y me fui de cabeza. Me gustó mucho la idea, pero es que además las crónicas y los cuadernos de viaje son una de mis pasiones. Yo no conocía ni Sonrisas de Bombay ni a Jaume Sanllorente, y aluciné con todo lo que me encontré cuando escribí su nombre en Google.

Para documentarte, viajaste a la India ¿qué es lo que más te impresionó del viaje?

Nada más aterrizar en Bombay, me impactó el calor tropical, que casi es palpable, el olor tan fuerte a vertedero que se te mete por todo el cuerpo y darme cuenta de mi diferencia. Cuando se abrieron las puertas del aeropuerto al exterior era como estar en otro mundo, al estilo Flash Gordon. Vegetación exuberante y un montón de hombres con el color de piel súper oscuro, yo era la única blanca. Y casi la única mujer, y sola. Pero como siempre he sido la rarita, ser taaaan diferente no fue un problema para mí.

Jaume también relata en su libro cómo en su primer viaje le impactan el "mal" olor y el calor.

Pero lo que me tocó el corazón, y es lo mismo que le impactó a Jaume, fue ver esa cantidad de bultos grises a cada lado de la carretera, uno tras otro. Personas solas o amontonadas, familias, niños, niñas, mujeres durmiendo en la calle. Pensé «ya he llegado». Y la segunda escena que me impresionó brutalmente fue el barrio de Kamathipura, el distrito de las luces rojas o de la prostitución. Era como recorrer un escenario dantesco, la bajada a los infiernos.

Me preparé bastante antes del viaje y fui con el corazón muy acorazado. Cuando regresé a casa me desmoroné. La película Slumdog millionare la vi después del viaje y lloré nada más empezar, cuando persiguen al niño entre los slums.

Y durante el proceso del cómic he tenido alguna pesadilla...

¿Volverías a hacerlo?

¡¡Sí!! Sin dudarlo. A la India volveré seguro... bueno, antes tengo que ahorrar. Y me encantaría seguir haciendo proyectos a modo de "reportera gráfica". Es un sueño que tengo desde niña. Me flipa aprender (de) otras culturas y conocer todo lo que pueda la realidad de otros países.

¿Cómo ha sido el proceso de creación?

La parte de documentación ha sido la más importante y cansada. Antes de ir a Bombay leí varias veces el libro de Jaume y el de fotografías de Francesc Melcion, vi vídeos y leí sobre la India, sobre todo el sur (es diferente al norte). Me aprendí toda la ruta, algunas palabras, y en la India me fijé en los gestos de las personas indias, su comportamiento (caminan en sentido inverso a la europea, por ejemplo; no hacía más que chocarme con la gente), y fotografié todo lo que podría salir en el cómic. A mi regreso vi más películas y documentales (sobre prostitución infantil en Asia, los slums, etc.). Y cuando empecé a adaptar el guión y a dibujar el storyboard, busqué toda la documentación gráfica adicional. Incluso un amigo que trabaja en Médicos Sin Fronteras me pasó información sobre lepras muy avanzadas y piernas gangrenadas supurantes. Ah, el humor me ayudó bastante a la hora de tratar estos temas. Este amigo me llamaba "la chica de la gangrena".

También era la primera vez que adaptaba una novela a cómic. Tenía que sacar una estructura de guión, cuadrar los capítulos con el recorrido de Jaume, escribir el guión con mis aportaciones y dibujar el storyboard. Una vez tenía el ok de la editorial y de Jaume venía la parte aburrida (para mí) que es dibujar "en bonito". Escaneaba los dibujitos "en bonito" y volvía a venir la parte divertida que era entintar y colorear. Es divertida porque ves a tu personaje vivo y te enamoras. Y ya cuando haces un pdf con treinta páginas seguidas, lloras de la emoción. Al menos yo.

A Jaume le enseñábamos las páginas terminadas por partes para que fuera leyendo el cómic y se viera él mismo.

¿Qué técnicas utilizas a la hora de trabajar?

Dibujo a lápiz la página, la escaneo y la entinto y coloreo con Photoshop. Muchos paisajes tienen una o varias fotografías de base. Me obsesionaba mucho que se entendieran todos los detalles y los paisajes, para mí era muy importante para que se situara mejor al protagonista.

El cómic es una adaptación de una historia que ya había sido recogida en un libro, ¿en qué se parece y en qué se diferencia de este?

Me he basado en el libro para la parte central del guión, pero le he quitado el aire místico. Fue una de las cosas que me pidió Jaume y a mí me pareció genial. Jaume quería "humanizarse" en el cómic. «Pon alguna gamberrada», me dijo. Y lo hice. Me contó algunos episodios como el de que hace pis en una botella de plástico. También le pareció bien que reflejara el fanatismo de muchas personas alrededor de su figura. Algo de lo que se ha dado cuenta cuanto más famoso se ha hecho. Las anécdotas que me contó también las dibujé.

El cómic lo abre y cierra un diálogo que mantiene el protagonista con Babu, un niño del orfanato, y ocurre en la actualidad. De hecho yo soy Babu, porque mucho de ese diálogo lo tuvimos Jaume y yo. Babu, una bola de nieve con el Taj Mahal que compré en el aeropuerto y media pelota de cricket que encontré me han servido para hilvanar la historia, situándome en el presente y hacer un repaso de toda la trayectoria hasta cerrarla.

Además, Jaume publicó su libro en el 2007, y en todo este tiempo han ocurrido muchas cosas.

El viaje lo planteé siguiendo la ruta que hizo Jaume en Bombay. Hubo sitios a los que no pude ir, como el orfanato, porque estaba muy lejos y no tenía tiempo, pero me moví en autorickshaw, me alimenté de comida callejera como los vada pavs, aprendí palabras en hindi (solo tres), callejeé y fue interesante estar en días premonzónicos... Todo lo que vi y sentí, y algunas anécdotas que me ocurrieron, las he plasmado en la historia.

Como no todo el mundo puede viajar a la India, me obsesioné en dar toda la información para que quien leyese el cómic formara parte de ese viaje, y para ello he usado recursos de los cuadernos de viaje como las anotaciones en algunas viñetas, independientemente de la historia que estoy contando.

Parte del reto de esta historia era retratar a un personaje real como Jaume Sanllorente. ¿Cómo ha sido la experiencia?

¡Nunca se quejó de cómo lo dibujé! Es un santo. No, en serio, cuando empecé a leer cosas de él y ver entrevistas en internet, me dio un poco de respeto y sentí curiosidad por todo ese fanatismo que había a su alrededor. Pero cuando quedé con él la primera vez en Bombay fue como charlar con un colega. Y el segundo día que quedamos nos hinchamos a chai durante horas mientras le enseñaba cómo abrirse una página en facebook. Tuvimos un feeling muy agradable los dos y aprendí muchas cosas esos días con él. El hecho de pasear con él por el barrio de Juhu y ver cómo se desenvolvía, su gran sentido del humor y las cosas que me iba contando de la gente de allá ya me dio pistas para retratarlo.

Mi recompensa llegó cuando al terminar de leer la novela gráfica Jaume me dijo que se había emocionado en algunas partes.

¿Hay alguna anécdota tuya en la historia?

Sí, unas cuantas. La pesadilla que tiene el protagonista con los cuervos la tuve yo, y cuando visita la mezquita de Haji Ali, todo el periplo de ir con poco dinero, tenerlo que cambiar, que se haga fotos con él la gente de allá... también me pasó a mí, y también cuando ve a la mujer muerta en la estación de trenes de Chhatrapati. ¡Y las aventuras con la bola de nieve en el aeropuerto! Eso sí fue una pesadilla...

¿Cuáles son tus próximos proyectos?

Entre otras cosas, estoy trabajando en la siguiente novela gráfica, que tratará sobre la vida de Annemarie Schwarzenbach. Este proyecto lo hago con la autora María Castrejón. Lo publicará Norma Editorial.