NO ES NECESARIO SER PAREJA PARA CONTARSE LOS SECRETOS EL UNO AL OTRO
Tras un día de trabajo, Murata y Tomoka se dedican a jugar a juegos por internet y deciden quedar de repente. La charla casual se torna en una profunda conversación, aunque pronto Tomoka tiene ganas de jugar. No es un rollito de una noche ni una relación seria, tampoco es algo meramente carnal, ambos lo llevan con calma y tranquilidad, y lo aderezan con algo de sexo.