Cuando era un niño había muchísimo espacios vírgenes sobre el papel del atlas. Yo ponía el dedo encima y solía decir: “Cuando sea mayor, iré allí”. He estado en algunos de ellos… Pero falta uno, el más vasto, el más virgen, aquel por el que siempre suspiré.
Con el tiempo, había dejado de ser una mancha blanca sobre la que un chavalín podía construir sus luminosos sueños de gloria. Se había convertido en un lugar de tinieblas.
Joseph Conrad
El corazón de las tinieblas es, quizás, la obra más conocida de Joseph Conrad. Una novela corta que narra el viaje del marinero Charles Marrow desde Londres hasta el centro del Congo para ir a buscar a Kurtz, un exitoso colonizador/comerciante de marfil. Tras una auténtica odisea Charles consigue llegar y encontrarlo, aunque no es lo que esperaba. Ante él está un hombre misterioso, una especie de dios idolatrado y venerado por los nativos.
Kurtz ha ido perdiendo a la cabeza hasta enfermar. Entre sus posesiones se encuentra una pequeña libreta donde se explica cómo civilizar a los africanos y una terrible afirmación «¡Exterminad a todas esas bestias!». Este viaje y estos pensamientos son una fuerte críticas social hacia la brutalidad del imperialismo occidental y la crueldad de los colonos con los nativos. Una obra originalmente publicada en fascículos 1899 en la revista inglesa Blackwood y en forma de libro en 1902. Inspirada en el medio año que pasó Joseph Conrad en el Congo devastado por la colonización del rey de Bélgica Leopoldo II.
Ahora el guionista Stéphane Miquel y el dibujante Loïc Godart nos plantean una fascinante adaptación libre de esta brillante novela del siglo XX. Una historia ideade de una forma exquisita y con unos trazos elaborados en tonos ocres y grises que reflejan a la perfección la esencia de la novela y las profundidades místicas de África.
24 de marzo de 2015