ACTUALIDAD

Analizamos Sangre de Barrio junto a Jaime Martín

jaimeSangre de Barrio, una obra publicada por primera vez en el año 1989, ha sido reeditada y en su lectura descubrimos que sigue siendo una obra de gran actualidad.

Analizamos esta obra con Jaime Martín, con el que igualmente revisamos sus obras más recientes, obras en las que disfrutamos de los paisajes y de historias, en las que reconocemos un autor, tan intenso como en sus primeras obras y con una evolución gráfica que deslumbra al lector en cada una de sus viñetas. 

Se ha reeditado Sangre de barrio, una obra que narra las vivencias de un grupo de jóvenes en un barrio marginal de la ciudad de Barcelona en los años ochenta ¿Qué ha cambiado desde entonces?

Han cambiado muchas cosas, pero si nos centramos en el tipo de historia que es, la de unos chavales de barrio, básicamente sigue siendo lo mismo. Una parte de la juventud que se dedica a pasar el tiempo, de lunes a domingo, en el banco de un parque, bebiendo cervezas, fumando canutos y pensando qué demonios van a hacer con su vida.

Sangre de Barrio es la historia de unos chavales que están en esta situación, como ahora lo estarán otros que escuchan otro tipo de música y llevan otra ropa, pero en el fondo es lo mismo. Es ese periodo tonto entre la juventud y lo que pasará después de la juventud, cuando ya se es un adulto y se tiene un trabajo, una pareja… En ese periodo cada uno se encarrila como puede y según las oportunidades que te ofrece la vida.

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A pesar de los cambios, la obra sigue siendo muy actual ¿Por qué crees que es así?

La impresión que tengo es que estamos viviendo una involución que nos acerca a aquellos años, una regresión hacia todo lo feo que teníamos en aquella época, recién salidos de la dictadura. Yo lo recuerdo bastante gris y triste. Y la policía, igual que ahora, encabronada con los jóvenes. Ojalá no fuera así, pero nos encaminamos hacia una sociedad de desigualdades. A finales de los 70 y comienzos de los 80 la delincuencia juvenil era una plaga, eso es lo que genera la desigualdad y la injusticia.

En esta obra te centras en escenarios reales y en problemas reales ¿Cómo te documentaste para hacerla?

En aquella época iba con la cámara de fotos y me dedicaba a hacer fotografías de los lugares en que situaba las escenas que más o menos tenía previsto dibujar.Ahora me resulta más fácil, internet te lo ofrece todo sin moverme de casa. Aun así, cuando hace falta algo concreto, bajo a la calle y lo fotografío.

En la parte del guión, hay mucha anécdota de amigos y propias. También historias que conocía de gente del barrio y una buena dosis de invención. Después sólo hay que ordenarlo y articularlo en torno a un hilo argumental y darle forma de película barriobajera.

sangLos personajes marginales o asilados parecen ser la base de tus obras ¿Por qué está elección?

No sé por qué, pero es cierto. Realmente me gustan los personajes marginales o aquellos que tienen problemas y que están en el límite, a punto de torcer su vida o encarrilarla. Siempre vuelvo a esos personajes, no puedo evitarlo. No me gusta cómo está montado este mundo y puede que eso me identifique más con ellos. O que no me gustan los personajes heroicos, detesto los superhéroes y todo lo que tenga que ver con ese rol de defensor de la humanidad.

No importa. El caso es que me gustan los antihéroes, los pobres desgraciados, la gente puteada y que en un momento pueden salirse de toda esa basura o hundirse en ella.

Sangre de barrio podría ser una historia perfectamente adaptable al cine, además muy en la línea del cine actual español. ¿Alguna vez te lo han propuesto?

No recuerdo exactamente en qué año, hubo una propuesta para llevarlo al cine por parte de un director que tenía contactos con productores. Pero al final la cosa no acabo de cuajar. Hubo un segundo intento, del que me entere mas tarde, la editorial no me aviso porque todo era poco concreto y no querían crearme falsas ilusiones. Tampoco llegó a nada.

Años más tarde, acababan de entregar los premios de la academia de cine y alguien me felicitó por el Goya. Yo no sabía de que estaba hablando y me dijo: "sí, por la película Barrio". Por lo visto pensó que yo había intervenido en el guión de la película Barrio, de León de Aranoa, o que era una adaptación de Sangre de Barrio. Eso es lo más cerca del cine que ha estado mi historia.

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A través de Sangre de barrio podemos conocer el panorama musical de los años 80, pero si tuvieses que elegir una banda sonora para la novela, ¿Cuál sería?

Es complicado, pero quizás, pensando en estos momentos me quedaría con la Polla Records. Todo lo que cantaban en los años 80 es perfectamente vigente hoy día. Tal vez por eso sería la banda sonora más consistente. Aguantan el paso del tiempo como nadie. No obstante quedarse con una sola cosa me parece injusto, porque muchas de las canciones de Burning me inspiraron pasajes concretos de Sangre de Barrio y de otras historias. No quiero quedarme solo con la Polla Records.

En Todo el polvo del camino sitúas la acción en Estados Unidos en la época de la gran depresión y encontramos como siempre personajes que tienen que hacer frente a las dificultades cotidianas ¿Cómo surge este planteamiento? Y ¿por qué eliges este momento histórico?

Esto fue cosa del guionista, Wander Antunes, al que le gusta mucho trabajar esa etapa histórica. Es realmente un experto en la materia. Él me planteo dibujar ese guión. Yo no estaba muy seguro al principio, porque hasta entonces sólo había hecho historias de hormigón y bloques de pisos, pero me lo tomé como un paso más que debía dar como dibujante. Una forma de ver hasta dónde podía llegar.

Con esta historia descubrí que me gusta dibujar paisajes, amplios y sobrios. Tanto en ésta historia como en Lo que el viento trae… volvemos a los personajes marginales, a los antihéroes. Realmente hay algo que me lleva todo el tiempo en esa dirección. Estas historias me han servido para descubrirme como dibujante. Por lo menos veo que puedo hacer algo más que edificios y quinquis.

polvoLa ambientación en este caso se aleja de un lugar que para ti sea familiar y en una etapa histórica en la que tú no habías nacido ¿Cómo te documentas en esta obra?

En internet hay un fondo de fotografías, creo que es de la biblioteca nacional de EEUU, con infinidad de documentación y en alta definición. Sólo con ese fondo, el material que había para trabajar era inmenso. Uno se da cuenta de que en aquella época EEUU era una potencia económica, prácticamente cualquiera tenía una buena cámara fotográfica y podía hacer buena fotografías. Si buscas documentación gráfica de esa misma época, pero de España, encuentras cosas muy mediocres, no había dinero para comprar ese material.

Después de leerme el guión, leí algunos libros, vi algunas películas y muchas fotografías. No es tan difícil, hay muchos recursos... y lo queramos o no, la cultura americana nos ha colonizado desde hace años y la tenemos bastante asimilada. Fue relativamente fácil.

La desesperanza y la crisis que surge en América tras la crisis del 29, son los que mueven a los protagonistas de nuestra historia, ¿Qué proximidad tiene aquella realidad con la que muchas familias están viviendo hoy en España?

Mucha, curiosamente cuando empezamos la historia, aun no estábamos metidos en el berenjenal que estamos ahora. A medida que iba avanzando en el libro y veía el problema que se nos venía encima, estaba convencido de que estaba dibujando una especie de historia paralela a lo que se comenzaba a vivir. Ha sido muy curioso, porque en las distintas reseñas que se han hecho en el mercado francés han incidido en ello. Incluso la historia empieza con un comentario del protagonista que viene a decir “esa gente de Wall Street han hecho bien su trabajo. Todo el país está de rodillas. Incluso el banco que me quitó mis tierras".

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En Lo que el viento trae nos encontramos con un médico desplazado a los Urales y que tendrá que hacer frente a la adversidad, situado en una época convulsa en la que la revolución de los bolcheviques no ha resultado como se esperaba ¿Qué es lo que te ha atraído de esta etapa?

Que fue un momento de cambio radical, en el que la población estaba llevando una vida miserable, caminando sobre el filo de la navaja, abocados a una muerte segura. Era un momento en el que Rusia tenía dos caminos: o salir de la edad media y sobrevivir o continuar y acabar de hundirse, no había mas alternativas.

Es el pueblo, que se está muriendo de hambre, el que provoca un cambio y sale para adelante. Se pasa de la edad media a la edad moderna. De entrada era un buen lugar para colocar los personajes. Pues es justo lo que quería: un joven doctor, de pensamiento avanzado, enfrentado a aldeanos supersticiosos.

También me interesaba tratar la dureza del invierno ruso y sus vastos paisajes como un personaje más. Colocar al médico en un pueblo perdido de los Urales, aislado del mundo, es atractivo, porque es casi una pesadilla y más si estás rodeado de gente que todavía cree, que cuando le das un ungüento para calmar un mal, éste se pone encima de la ropa.

¿Cómo lo hiciste para documentarte?

Todo esto está documentado de libros con testimonios de médicos que contaban este tipo de cosas. Hay tanto material interesante sobre ese lugar y momento… Meter a aquel pobre estudiante de medicina, inexperto, en medio de aquel follón, es meterlo en medio de la tormenta perfecta. Incluso cuando llega el representante de la ley, intentando poner orden… pobre iluso. Están todos en medio del caos y cada uno se aferra a lo que puede: el médico a la ciencia, los lugareños a sus supersticiones.

trae¿Por qué el cambio de registro a una historia de terror?

Quería hacer algo diferente, estaba un poco cansado de que se me encasillase como autor de personajes marginales de barrio. Era lo que había hecho hasta ese momento, y muy contento, pero quería evolucionar. No solo de contar las historias que me apetecía contar, sino empezar a dibujar cosas nuevas con las que disfrutar, como un paisaje.

Por otra parte, siempre he sido un amante del cine de terror. Mi madre nos llevaba de pequeños al cine a ver películas de terror. A los 14 años descubrí la revista Creepy y siempre tuve la idea de que, si un día llegaba a ser dibujante, publicaría una historia de terror en esta revista, pero no llegue a tiempo porque la revista cerró. Supongo que hacer este álbum fue como quitarme la espina.

¿En qué nuevo proyecto estas trabajando?

Lo último esta ya terminado y entregado. Es una historia sobre el servicio militar de mi padre en África, en los años 60. Concretamente en Sidi Ifni, bajo una situación de alto el fuego, decretado tres años antes, tras una breve guerras contra Marruecos. Pero no solo se trata de una historia de militares, sino que también es una historia de civiles, que cuenta cómo eran las relaciones de los jóvenes de 20 años en esa época.

Los jóvenes debían pasar el trámite de la mili para ser considerados adultos. A la vuelta se casaban con la novia, tenían un trabajo para toda la vida, el piso y los niños.  Parte del guión se desencadeno en casa de mis padres, durante una comida con unos amigos suyos. Alguien dijo que si tenías novia y querías tener algún tipo de roce tenías que casarte con ella, porque si no era muy difícil llegar a nada. Contaba que se sentían como borregos, que tenían una vida muy encarrilada y o seguías el camino marcado, o no había tema.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

5 de marzo de 2014