El festival de cómic de Angoulême de este año se celebró del 29 de enero al 1 de febrero. Allí se reunieron artistas, lectores, editores y amantes del noveno arte, para pasar cuatro días entre novedades, exposiciones, actividades y reencuentros.
La 42º edición del festival traía consigo una programación abierta y diversificada, y un indudable espíritu de fiesta. Sin embargo, el 7 de enero de París marcó también un tono de compromiso a favor de la libertad de expresión. El museo del cómic de Angoulême cambió su exposición habitual por un sentido homanaje a las víctimas de esa fecha amarga para el mundo del dibujo y el humor. "L’esprit Charlie Hebdo” resonó en todo el festival como una reinvindicación común:
“(…) la presencia de todos los participantes (asistentes al festival, los maestros y grupos escolares, autores, editores, periodistas...) ahora tiene un significado claro: la afirmación común de un compromiso con la libertad de expresión, consagrado en todas las obras y los autores presentes, de una manera u otra, durante el festival”.
La exposición de Bill Watterson, creador de Calvin & Hobbes y cartelista de esta edición, fue sin duda una de las más visitadas. En ella se podían ver originales de la mítica tira de prensa y algunas acuarelas y oleos de temática diversa, así como algunos de sus referentes más relevantes. También destacaron la del artista chino Li Kunwu o el monográfico del japonés Jirô Taniguchi, además de otras muestras dedicadas al creador Jack Kirby o al imaginario del blues. Todas ellas con el objetivo de mostrar, difundir y acercar al lector los procesos creativos y los originales de algunos de los artistas más señalados.
En las carpas del festival se pudieron ver distintas maneras de acercarse al cómic: desde los escaparates de grandes editoriales a la de los fanzines pasando por las de independientes o las de ediciones especiales. Todas subrayaban la gran variedad que existe hoy en el mundo de la historieta y las diferentes maneras de contar que acoge un medio cada vez más extentido.
El gran premio del festival de Angoulême 2015 fue para Katsuhiro Otomo, que se convierte, por lo tanto, en el autor homenajeado del próximo año. El resto de premios del festival los podéis consultar aquí (http://www.bdangouleme.com/553,palmares-officiel-2015). Aunque, sin duda, el más emotivo fue el concedido a la libertad de expresión, “un premio establecido este año para presenciar el dibujo como una enseñanza sobre la imagen y, así, aprender a descifrar las imágenes de una manera universal”.
Angoulême ha sido, un año más, una de las citas indispensable para el mundo del cómic y ha acogido las diferentes tendencias, pero también problemáticas, que afectan al mundo del arte secuencial y que, en algunos casos, trascienden las del papel. Como decia Will Eisner, “nada de lo que aparece en una página de cómic es accidental”. Por todo esto, hacer y leer cómics seguirá siendo una de nuestras actividades preferidas.
7 de febrero de 2015