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Billy Brioullard de Guillaume Bianco

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Billy Brouillard es un niño travieso que adora y martiriza, a partes iguales, a su hermana pequeña Jeanne . Pero el día que Tarzán , su gato y compañero de juegos, aparece muerto en el jardín, decide que no parará hasta descubrir qué es la muerte, en qué consiste y cómo vencerla.

Una divertida obra con reminiscencia a Edward Gorey y Tim Burton, pero con el estilo propio y personal de Guillaume Bianco. Un imaginario: gótico y siniestro, pero también dulce e inocente. 

¿Cómo empezaste a hacer cómics?

¿Tienes dos días para que te conteste? Digamos que la mayoría de la gente dibuja cuando es pequeña, y luego para. Bueno, yo no paré. Nuestros padres acostumbran a decirnos que  dejemos de hacer ciertas cosas, pero yo conservo a ese niño. Además, dibujar es divertido y, si además te ganas la vida con ello, ni te cuento.

También es cierto que no quería trabajar en una oficina, levantarme pronto... ¿Qué me quedaba? Hacer historietas, y de ahí mi vocación. Hacer algo que no fuera muy fastidioso, y no tener un nudo en el estómago cada mañana al ir a trabajar. Al fin y al cabo, el 80% de nuestro tiempo lo pasamos trabajando, así que más vale que sea algo que nos gusta. Valía la pena intentarlo.

billy¿Cómo se te ocurrió la idea de hacer Billy Brouillard?

Billy es William, es decir Guillaume. Vamos, mi nombre. Así que básicamente es la historia de mi vida cuando era pequeño, pero exagerando. De pequeño me pusieron gafas, y yo me preguntaba si lo que veía con gafas era mi visión verdadera, o si la verdadera era cuando no llevaba. Además, lo de las gafas me acomplejó mucho, porque yo quería ser Superman, y ver a mucha distancia. Y se me ocurrió que mi superpoder podía ser tener mi propia visión de las cosas, de ese mundo imaginado.

También de pequeño tenía un gato, y la chica de la historieta se basa en mi hermana pequeña, a la que casi mato una vez que se me cayó al suelo. Y cuando tenía 7 años tomé conciencia de mi mortalidad. Y le pregunté a mi madre si era posible que me fuera a morir. Y ella me contestó “sí, sí, sí, pero dentro de mucho tiempo”.

Me aterrorizó, yo no soy creyente. Tuve muchísima angustia en relación con la muerte, y me traumatizó durante mucho tiempo. Y eso lo traté en Billy Brouillard, pensando que muchos niños podían leerlo y, si bien no se ofrecen respuestas, sí pueden ver que un personaje de cómic trata el tema de forma muy natural.  

Nos has dicho que tienes una hermana pequeña. ¿Qué relación tienes hoy en día con ella?

¿Después de todo lo que le he hecho? Lo cierto es que en mi familia somos muy pudorosos, y yo me siento culpable porque en mi familia no expresamos los sentimientos. Es un poco extraño, pero con Billy Brouillard le rendía un homenaje a mi hermana. Es un poco como los niños pequeños, que para expresarle su amor a una niña, le tiran del pelo.

¿Consideras esta obra como una obra terapéutica?

Billy Brouillard colore

Bueno, eso lo tendrían que decir los lectores. Nunca tuve la idea de hacer historietas terapéuticas. Si lo que hago ayuda a la gente, mejor. Y sí, el humor es terapéutico, y no hay nada mejor que hacer reír a la gente. Cuando uno se divierte se olvida de todo. Es como cuando uno estornuda, durante una décima de segundo, es lo mejor. Pero también es cierto que el humor cobra todavía más fuerza cuando, al lado, hay algo trágico. Es como la sal y el azúcar.

¿Siempre tuviste la idea de hacer algo que fuera una mezcla de historieta, cuento ilustrado y poesía?

No, al principio la idea era hacer muchos libritos de, por ejemplo 10 páginas con salida mensual. Alguno sería de poesía, otro de historieta, otro... de hecho fue la editora, Barbara Canepa, quien me dijo de ponerlo todo junto. Yo tenía miedo de que la gente no entendiera nada y de que no les gustara. Pero el éxito en Francia es precisamente por eso. Hay gente que no lee historieta, pero sí lee esto. O viceversa. Es una especie de bastardo polimorfo.

 ¿Billy Brouillard es un libro para niños, para niños adultos, para adultos niños…?

Al principio, lo empecé para mí mismo, para ese niño pequeño que no tuvo respuestas con respecto a la muerte. Y bueno, en Francia estaba muy de moda todo lo gótico y yo pensé que ese sería mi público. Y sin embargo, me nominaron para un premio de juventud, cuyos lectores eran niños de 9 años. Y ahí descubrí que había niños que leían, pero eso depende de los padres, de lo que eligen para sus hijos. Mi lector más joven tiene 8 años. En un encuentro en una escuela, hasta las abuelas me decían que el libro les recordaba sus libros de infancia. Vamos, que es un libro con un público muy amplio, no solamente adolescente. 

¿Por qué todas las páginas del primer libro son la página 13?

Bueno, era una broma, porque muchos amigos míos utilizan puntos de lectura para recordar en qué punto de su lectura están, pero yo por ejemplo me fijo en la página en la que estoy, lo memorizo y entonces, la busco. Y siempre me pierdo. Y yo quería que la gente se perdiera también. De hecho, no son todas la página trece. Van de la uno a la trece, y entonces uno cae en el universo de Billy Brouillard y como el 13 es un número simbólico que representa al diablo…

El caso es que al ser un número tan cargado de significados y en Billy Brouillard nos encontramos en un mundo que no se sabe si es realidad o ficción, la cuestión es que él se pierde y la idea era que el lector también se perdiera, que no supiera en qué página estaba. Y luego también está la idea de utilizar todos los elementos del libro como parte del juego: la cubierta, la contracubierta, etc.Cuando era pequeño, que no había Internet, ni nada de eso, los libros nos los mirábamos de arriba abajo.  

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Háblanos de los monstruos que aparecen en el libro. 

Bueno, para empezar están ahí porque son divertidos y luego, porque todos tenemos nuestros monstruos cuando somos niños. Los niños a menudo tienen miedo a la oscuridad, y eso te enfrenta a tus angustias y miedos, y puedes imaginarte lo que quieras. Con Billy Brouillard quería mostrar que un monstruo no es necesariamente feo y malo. También puede ser divertido.

Hubo en un colegio, una profesora que les dio fotocopias a los niños, porque había trozos que le parecían muy fuertes del libro. Pero un niño, que sí tenía el libro original, se lo dejó ver a sus amigos. Y todos entendieron que era algo divertido.

Quería que los niños se destensaran un poco, y que pudieran decir “caca” sin que pasara nada.

Hace pensar en Tim Burton.

Me honra, pero no es una influencia. La influencia real es alguien menos conocido del público, pero que también influyó en Tim Burton: Edward Gorey. No es que no me guste Tim Burton, es que copié a Gorey, Jim Henson, etc. Y es que el estilo de Burton existía mucho antes. Además de que Burton va más allá de eso, no es tan oscuro. Insisto en que me encanta Burton, especialmente Ed Wood, pero quería rendir homenaje a Gorey.

bil¿Tienes otros proyectos?

He escrito un guion, Ernest et Rebecca, para un editorial Belga con un dibujante italiano, Antonello Dalena. Llevamos cuatro tomos y ya estamos trabajando en el quinto. Luego tengo otro trabajo en la colección Métamorphose, pero que tampoco dibujo, y del que ya estoy terminando el último tomo de tres. Y luego también hice una cosa con Lewis Trondheim, una serie de tiras para niños en el Journal de Spirou, Zizi chauve-souris. Y luego tengo más proyectos. Me cuesta concentrarme en una sola cosa.

12 de febrero de 2014