Cámara al ralentí. Aparece un tipo oriental vestido de negro saltando por los aires ataviado con una pistola en cada mano y disparando más balas que las que cualquier arma puede albergar. Y aparece una tortuga ninja... ¡Pasen y vean!
Sólo la portada de este cómic es más que suficiente como para que no haga falta comentar mucho más. Por un lado el título, explicito, Bodycount, por otro, los autores, Kevin Eastman uno de los creadores de las tortugas ninjas, y Simon Bisley (Warblade, The Authority/Lobo), conocido esencialmente por ser uno de los dibujantes más salvajes y brutales a la hora de representar la violencia. Por último, la imagen de Rafael, con cara de tortuga realmente enfadada y con tantas armas que el que suscribe no ha sido capaz de contarlas. ¿Es un cómic violento y divertido? La respuesta no parece difícil.
Y en el interior, promesas cumplidas. Un argumento sencillo donde Casey Jones, uno de los secundarios de la serie de las Tortugas Ninja, se encuentra con Midnight, una chica realmente bella que tiene a bien ser perseguida por un sanguinario y eficiente asesino a sueldo (se llama John Woo Woo, no sé si le recuerda a algo) que piensa que la bonita muchacha ha traicionado a los suyos. En ésas aparecerá Rafael y sus sais preparado para dar mucha guerra y todos juntitos emprenderán el camino hacia santuario, un lugar donde Midnight podrá salvarse de tanto salvaje cargado de armamento pesado.
Y en el proceso, disparos, cráneos destrozados, puñetazos, patadas, presas, acción, acción, acción y acción donde Simon Bisley puede lucirse a gusto. Todo ello con regusto a película de John Woo, por supuesto, con mucha sangre, mucho salto y toneladas de diversión y casquillos. Yo no sé cómo lo hace Bisley pero yo casi noto la cámara lenta... y las palomas blancas. David D. Domínguez.
30 de marzo de 2008