Michelangelo Merisi da Caravaggio (1571 – 1610), más conocido como Caravaggio, fue el icono más representativo del Barroco. Sus pinturas oscuras llenas de matices en la iluminación, fueron algo revolucionario en el siglo XVI. Fue un amante del pueblo que a su vez odiaba a la gente. Un carácter peculiar que se fue volviendo amargo y torturado a medida que pasaron los años.
El brillante pintor siempre trabajo para que su obra fuera admirada por los ciudadanos de a pie. Un pendenciero amigo de prostitutas, maleantes y marginados… Sin ir más lejos, Caravaggio elegía a sus modelos entre las clases más bajas, entre los proscritos. Sus obras realizadas a partir de los estamentos más débiles de la sociedad eran admiradas por la nobleza y el clero. Solo él fue capaz de que una modelo prostituta inspirará un cuadro de la Virgen.
El espléndido artista Milo Manara (Los Borgia, El Clic) vuelve a demostrarnos una vez más como sigue siendo uno de los referentes del noveno arte, gracias a un díptico sobre la figura de Caravaggio. Una obra de dos volúmenes que empieza en el otoño de 1592 con la llegada del pintor a Roma, una ciudad que se debate agónicamente entre la grandeza del pasado y la decadencia del futuro.
12 de mayo de 2015