Hugo Pratt es uno de los escasos autores de cómic, junto con sus adorados Milton Caniff y Will Eisner, que se ha ganado un lugar en la historia no ya del cómic, sino del arte en general. Por su parte, Corto Maltés, su creación más célebre, ha alcanzado la categoría de icono cultural.
Probablemente lo fabulosamente bien que funcionan sus historias se deba a que el propio Pratt fue un viajero incansable. Natural de Rimini, pronto se trasladó a Venecia, donde pasó su infancia. Su periplo vital prosiguió por países como Etiopía y Argentina.
En esta ocasión CORTO MALTÉS y Rasputín nos conducen a SIBERIA. Aunque la guerra en Europa ha terminado, el continente asiático sigue en pie de guerra: soldados checoslovacos se rebelan contra bolcheviques rusos, tropas aliadas desembarcan en Vladivostok, Señores de la Guerra pelean en la Manchuria… Entretanto, los dos aventureros persiguen un extraño convoy que recorre la ruta del ferrocarril transsiberiano y que contiene el tesoro del zar.
En definitiva, otra obra maestra del maestro Pratt que, pese a ser publicada originalmente en 1974, sigue insuperada a día de hoy en muchos aspectos.
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17 de noviembre de 2014