Sfar (autor de El gato del rabino, El minúsculo mosquetero y La Mazmorra y director del biopic Gainsbourg: vida de un héroe) es algo más que un talento del cómic actual. Al igual que Trondheim, está haciendo evolucionar el medio y lo está haciendo a su manera. Hablando en plata, hace con el cómic lo que le da la gana.
Su soltura y su desparpajo en el dibujo y en el color resultan impresionantes. El resultado es un trazo vivo, fresco, inimitable. Sus habilidades para narrar historias son tan innatas que las páginas fluyen de una manera imposiblemente natural, que da la impresión de que imaginarlas y plasmarlas le resulte increíblemente sencillo.
Sin embargo, los mundos y personajes que retrata son extremadamente ricos y complejos, y buena prueba de ello es su serie KLEZMER, de la que ahora presentamos el cuarto y penúltimo volumen.
Cuando sus protagonistas empiezan a tocar, todo se vuelve descabellado, incluso el amor. Quienes les escuchen junto a su mesa, lo harán desde una altura peligrosa, y quienes maniobren en la altura del trapecio adquirirán la seguridad del suelo más firme. Y es que su grupo de marginados son como todos nosotros: viven al ritmo de la música, a veces bailando, a veces deteniéndose. A veces riendo y otras llorando.
5 de noviembre de 2014