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‘Los Pizzlys’: cómo cambiar tu forma de vida de una vez por todas

La nueva obra de Jérémie Moreau es una historia sobre la sanación íntima de un grupo de personas heridas por la rutina y la deshumanización

Probablemente, son muy pocos los que nunca se han planteado la necesidad de cambiar de vida, conscientes de vivir en un mundo lleno de rutinas aplastantes y relaciones humanas cada vez más deshumanizadas y mediadas por la frialdad de la tecnología. Claro que no todo el mundo decide hacer las maletas de un día para otro y llevarse a su familia a Alaska, pero eso es precisamente lo que hace el protagonista de la última obra de Jérémie Moreau, Los Pizzlys, que ve la luz ahora en España de la mano de NORMA Editorial.

La historia comienza con la dura cotidianidad de Nathan, un conductor de Uber que rueda por las avenidas de París. A pesar de su juventud, tiene a su cargo a dos hermanos menores y vive bajo la presión de una hipoteca y los plazos del coche que conduce, lo que le obliga a hacer jornadas de trabajo extenuantes. Un accidente provocado precisamente por el cansancio es el revulsivo que le lleva a seguir a una completa desconocida hasta Alaska. Allí confía en que el cambio de aires y el contacto con la naturaleza puedan ejercer su efecto sanador. Pero no puede imaginar hasta qué punto va a cambiarles a él y a los suyos.  

Con la maestría que ya demostrara en títulos como Penss y los pliegues del mundo o La saga de Grimr, pero también con una notable capacidad para cambiar de registro y asumir nuevos retos, Moreau muestra de paso una cada vez más acusada inclinación hacia la causa ecológica. “El siglo XX fue el siglo de la bomba nuclear, de las guerras mundiales, se hizo mucho arte sobre eso, y en mi opinión hoy necesitamos crear grandes obras de arte para metabolizar el cambio climático”, explica en una entrevista al digital francés Benzine.

“Creo que hubo una época en la que sin duda teníamos una mayor conexión con los árboles y la naturaleza”, agrega. “Todo eso ha sido completamente cortado por la modernidad. He leído mucho sobre esto y puedo ver cómo sucedió. Con la conciencia, el hombre se convierte en un individuo libre que se libera de las divinidades. Si somos los únicos que tomamos decisiones, eso significa que somos responsables de todo, que estamos a cargo de todo. El gran cambio ecológico es que, de hecho, no somos responsables de nada en absoluto y que son las plantas las que nos permiten vivir. Hay una frase que me encanta de Baptiste Morizot que explica que sin todas las formas de vida que nos rodean, moriríamos tres veces: en 40 segundos de asfixia, en tres días de sed y en tres semanas de hambre. Así que es hora de redescubrir un poco de respeto y gratitud por lo que nos da la vida”.

16 de octubre de 2024