A partir de una vivencia real, la multipremiada escritora Isabel Franc ficciona una historia de amistad entre una mujer llamada Alicia y un inmigrante subsahariano de un pueblo de Senegal. El resultado es SANSAMBA, un cómic deliciosamente ilustrado por Susanna Martín.
La obra será presentada el jueves 5 de Junio a las 19:00 en la librería Olokuti de Barcelona.
Marisol Hernández ha entrevistado a sus autoras.
Por segunda vez colaboráis en un álbum. En ambos casos contáis historias de Isabel muy personales. ¿Vais a continuar en esta línea?
Isabel: Nunca se sabe lo que puede pasar en el futuro, no ha sido algo premeditado. La primera vez que colaboramos ni siquiera nos conocíamos. Y al menos para mí, fue una gran experiencia, ya que hasta entonces no me había adentrado en el mundo del cómic y la novela gráfica.
En esta segunda novela gráfica fui yo quien se lo pedí a Susanna. Tenía la historia, fui a Norma Editorial a presentar el proyecto y les dije que quería que la dibujase ella. Es una persona con una capacidad empática increíble, capaz de hacer suya una historia que no lo es. Ya la conocía de la experiencia anterior y no lo dude un instante: quería que dibujase el álbum.
Lo que suceda en el futuro es una incógnita. Susanna tiene una carrera importante por desarrollar en el mundo del cómic, y yo no soy exactamente una guionista profesional, sólo una reincidente. Habitualmente me dedico a la literatura escrita, con mucho más texto y sin los aspectos gráficos.
Susanna: Empezamos haciendo una prueba con el álbum ALICIA EN UN MUNDO REAL. Este tipo de trabajos los considero encargos, porque me llegan predefinidos para que los dibuje, aunque luego los adopte y me sumerja en ellos. Ahora estoy con proyectos más personales: una novela gráfica y un álbum infantil. Me gustaría, como con el proyecto de SONRISAS DE BOMBAY, intentar hacer mis propias adaptaciones y guiones. Pero no descarto volver a colaborar con Isabel si surge la oportunidad.
¿Por qué eliges esta parte de tu vida para contarla en cómic? En tu primera obra la razones quedaban claras, pero en esta…
Isabel: A mí en esta historia las razones me parecen todavía más claras. En realidad no quería contarla porque era una historia muy dura, fueron las personas de mi alrededor las que me animaron a hacerlo.
En Sansamba, la historia empieza con un dedo que llama a mi puerta. Narra la forma en que un gesto tan pequeño puede cambiarte la vida. Es por ello que me pareció que debía contarla, porque era una historia diferente, una historia muy especial.
¿Por qué en formato de novela gráfica? Pues porque la primera experiencia me gustó mucho. En el pueblo de Sansamba no todo el mundo podrá leerla, porque ni siquiera leen francés, en especial las mujeres mayores. Pero al menos, gracias al formato gráfico, podrán acercarse a la historia y verse reflejados en ella. Llegará a más gente.
Susanna, ¿cuáles han sido las dificultades a la hora de llevar a término el dibujo de esta historia? A fin de cuentas, se trata de una historia que tú no has vivido y cuyos personajes no conoces.
Isabel: Está a punto de conocer a Baala, pero todavía no ha sido posible. Al ser un inmigrante, trabaja demasiadas horas al día.
Susanna: En Sonrisas de Bombay pude viajar y ver los proyectos que hacían en la ONG, pero en esta ocasión no he viajado, ahí ha radicado la principal dificultad. Mis referentes han sido el ratón y Google, junto con las fotos que me enviaba Isabel.
En Sonrisas de Bombay viví una parte de la historia y pude narrar vivencias que me habían sucedido a mí. En esta ocasión no ha sido así, ha sido. Isabel me ha contado lo que pasó con cada uno de los personajes. Aunque me he tomado mis licencias, he tenido que ser sobre todo fiel a la historia de otra persona.
A modo de ejemplo te contaré que los capítulos de los cuadernos de viaje los he realizado delante de la pantalla, tomando apuntes, lo que no deja de ser un tanto surrealista para realizar un cuaderno de viaje. Y desde un punto de vista profesional, mi obsesión es siempre superar la calidad de la obra anterior, y que aquello que yo considero errores en el álbum previo queden resueltos en el siguiente.
Me encargan este tipo de historias porque conocen mi estilo, y parece que funciona. Pero tu gran reto es evolucionar al tiempo que mantienes el estilo. El día que firmamos el contrato, les dije: “Ya sé que tengo que mantener el estilo, pero también tengo que seguir avanzando. Sí, la protagonista es Alicia, pero desde mi primer álbum he seguido una evolución como dibujante y no puedo volver atrás. Respetaré el estilo, pero no va a ser igual.”
Isabel: Efectivamente seguimos teniendo a Alicia como personaje central, de modo que puede percibirse el cambio.
Estamos ante una historia que nos enfrenta a lo duro que es ser inmigrante. En concreto, lo difícil que resulta para Baala, uno de los protagonistas. ¿Sigue en España? ¿Cuál es su situación actual?
Isabel: Sansamba es una historia de amistad, más que una historia sobre la inmigración. Yo jamás habría escrito una historia sobre la inmigración. Es una historia sobre una amistad aparentemente imposible, como se dice en el libro. Él es joven, yo ya no. Él es negro, yo blanca. Él es musulmán, yo no, etcétera.
Su historia continúa. Él está legalizado y sigue como siguen todos los inmigrantes legalizados: trabajando, con perdón y entre comillas, “como un negro”. Con jornadas que son absolutamente denunciables e intentando traer a su mujer y su hijo, enviando dinero a Senegal y viviendo en España bajo mínimos.
¿Cómo crees que se recibirá este álbum en una zona como el Maresme, el área en el que se desarrolla la historia y en la que hay tanta inmigración?
Isabel: No lo sabemos todavía, porque acaba de salir a la venta. Espero que se reciba bien, sobre todo por parte del grupo de gente que conoce bien el tema y que de alguna manera establece vínculos con la gente de Senegal. En el Maresme hay una comunidad amplia de inmigrantes que provienen de Senegal y Gambia
Por otro lado, me imagino que se percibirá como una patada para determinados negreros que todavía existen. Lo cierto es que no decimos nada que no sea verdad, no nos hemos inventado nada
Isabel, ¿qué te has guardado para ti del viaje a Senegal?
Isabel: No me he guardado nada. La parte de los diarios de viaje fue muy divertida. Antes de llegar a ellos, cuando nos reunimos Álex (el editor), Susanna y yo, siempre me quitaban texto y me decían: “Esto ya lo cuenta el dibujo”. Yo no hacía más que protestar: “Pero ¿no iba a ser más narrativo que el anterior álbum?”. “Ya narrarás el viaje”, me decían.
No me imaginaba que la narración del viaje fuera a ser así: yo escribiendo y Susanna haciendo ilustraciones sobre la narración. Esta forma de contar la historia me permitió explayarme mucho sobre los sentimientos que había tenido allí y que aún tengo. He vuelto este año, y hasta que el cuerpo aguante voy a seguir yendo cada año.
No me he guardado nada. Siento mucha emoción, y siempre que voy me siento totalmente integrada y pierdo todas las manías.
Susanna, en la parte de los diarios de viaje, cambias totalmente el estilo gráfico para dar la sensación de que se trata de fotocopias de los cuadernos de viaje supuestamente realizados por Isabel. ¿Cómo te planteas este enfoque?
Susanna: Igual que Isabel se explayó escribiendo, yo lo hice con esos dibujos. Como he dicho, si bien la historia debía mantener un estilo, no quería estar del todo encorsetada, y en los cuadernos de viaje y me dejé ir. Eran dibujos con mayor carga de sentimientos, dibujos que reflejan un instante. Esto me permitió expresar con mayor fuerza mi creatividad plástica.
Los hice tal como suelo dibujar en mis propios diarios. Aunque sea yendo en tren para ir a Blanes, tomo apuntes del mar, de la playa... Ese es el estilo que he usado en Sansamba.
Isabel: A mí me impacto mucho, porque cuando acordamos que yo redactaría y ella realizaría las ilustraciones, a priori me parecía que serían cuatro dibujitos. Cuando vi el resultado (nada más y nada menos que 70 dibujos) pensé que era una auténtica maravilla.
Siempre he pensado que Susanna se adapta mucho a mis historias, y en los cuadernos de viaje he tenido todavía más esa sensación.
¿Os gustaría hacer una segunda parte de Sansamba?
Isabel: No lo sé. La historia puede seguir, porque el niño acaba de nacer y podríamos centrarnos en él o podríamos continuar cuando la mujer venga a Cataluña. Nunca programo lo que voy a hacer y este libro no estaba programado hacerlo, como tampoco lo estuvo el de Alicia.
Susanna: Cuando terminamos Alicia, la pregunta de los periodistas era si iba a hacerse una segunda parte. La respuesta fue clara y dijimos que no. Han pasado cuatro años y ha llegado Sansamba. Si esta historia tendrá continuidad o no, ya se verá.
¿Baala sabe que se ha hecho una novela gráfica sobre él? ¿Qué le ha parecido?
Isabel: Sí, ha visto cosas en el ordenador, y le enseñe la portada y algunas páginas. Pero su valoración… Como se dice en algún momento de los diarios de viaje, ¿qué significará para ellos un libro?
Para nosotros hacer un libro es hacer una obra de arte, aunque en realidad sólo sea un trabajo que hemos hecho de la mejor manera posible. Para ellos es otra cosa. Evidentemente le daré el libro, aunque no sé cuál será su respuesta. Sé que su valoración no va a ser la misma que la nuestra, y ya veremos qué pasa en su pueblo cuando lo lleve. Porque yo soy un personaje curioso allí, soy la Tubabo, y me siento muy respetada y querida. En ocasiones excesivamente, porque para ellos, como dice Alicia, eres la blanca benefactora.
Susanna, ¿cuáles son tus proyectos futuros?
Susanna: Estoy trabajando en dos proyectos al mismo tiempo. Por una parte, en un álbum infantil con guión mío, Martina, el miedo y el gato Faluga, que editará Edicions de Ponent. También en una novela gráfica con María Castrejón sobre la biografía de Annemarie Schwarzenbach, una obra en la que cambio mucho el registro. Al ser un proyecto tan personal, quiero experimentar. Esta última la publicará Norma Editorial.
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4 de junio de 2014