El tándem formado por Felipe Hernández Cava y Pablo Auladell, ambos premios Nacionales del Cómic, regresa con una historia de guerra y redención
Hace dos años, el artista Pablo Auladell y el guionista Felipe Hernández Cava, ambos premios Nacionales del Cómic, entregaban a la imprenta una hermosa y sobrecogedora novela gráfica titulada Lubianka en torno a la falta de libertades en la Unión Soviética. Ahora, el tándem regresa al cómic con otra reflexión análoga, en esta ocasión contra las verdades absolutas encarnadas en el fascismo. La obra, profundamente poética como es habitual en los autores, lleva por título Soy mi sueño y acaba de ver la luz en España de la mano de NORMA Editorial.
Soy mi sueño está protagonizado por Erich Hafner, un comandante de la Lutwaffe cuyo avión se estrella sobre una llanura de la península de Crimea en mayo de 1942. Allí se encuentra con Solaya, una vieja chamana tártara que le curará de sus heridas y le introducirá en un tiempo en el que pasado, presente y futuro se entrelazan. Es la oportunidad que Erich tiene de revisar su vida, desde que era un niño en Dresde que se entusiasmaba con los ángeles del pintor Rafael en la pinacoteca de la ciudad. Un niño, hijo de un piloto alemán de la Primera Guerra Mundial y de una madre judía amante de las artes, que decidió buscarse a sí mismo en el cielo, pilotando aviones de combate.
Pero ahora el encuentro con Solaya le pondrá también ante la tesitura de averiguar cuál es el sentido último que quiere conferir a su vida. Y, en medio de una Segunda Guerra Mundial en la que los políticos aplican con frialdad sus diferentes estrategias, él tiene en esos momentos la posibilidad de construir su propia realidad, a base de voluntad, una voluntad bien diferente de la que reclaman como concepto sus compatriotas nacionalsocialistas. En un mundo que es todo él salvaje y cruel representación, Erich puede ser su propio sueño.
“Albert Camus dejó escrito que los mitos están hechos para que la imaginación los anime”, explica el periodista Rafa Burgos en la introducción del volumen. “Y eso es lo que han hecho Hernández Cava y Auladell. Han cogido a Ícaro y sus alas de barro y le han dado varias vueltas, como en la gallinita ciega. Lo han dejado sumido en la barbarie de la Historia, desorientado. Le han proporcionado un mapa que no es plano, sino troquelado en doce caras distintas. Lo han sobresaturado de instrucciones y lo han abandonado sin saber cuál es la mejor forma de aletear. Pero este Ícaro no se despistará hasta dejar que el sol derrita sus alas en una prueba de la prepotencia del ser humano y la mala leche de los dioses que no avisan. No es el vuelo en sí mismo el que le interesa, sino la respuesta a la pregunta de por qué hay que volar”.
3 de marzo de 2025