El cómic es un arma cargada de futuro. Eso lo saben bien en Viñetas desde o Atlántico, que arrancó este año su 17º edición mostrándonos un interesante panorama de lo que se mueve en estos momentos por el mercado franco-belga y por el americano, así como una apuesta por lo propio: autores coruñeses y gallegos, incluyendo una pequeña muestra de autoedición donde encontrar nuevos talentos que, sin duda, serán los próximos dibujantes de cómic. Este festival, que está a punto de alcanzar su mayoría de edad, consigue cautivar a visitantes y a autores, y todos ellos vuelen a casa con la maleta cargada de recuerdos, anécdotas y, como no, algunos tebeos.
El guionista Benoît Drousie, Zidrou, protagonizó esta edición una de las exposiciones. Sus historias han sido dibujadas por nombres ya más que conocidos en el mundo del cómic como Francis Porcel (El Folies Bergère), Jordi Lafebre (Lydie y La Mondaine) y Roger Ibáñez(¿Quién le zurcía los calcetines al rey de Prusia mientras estaba en la guerra?), de quienes pudimos ver una selección de sus impactantes originales.
Sin duda, toda una experiencia para los más de 30.000 visitantes que se pasaron por “El kiosco Alfonso”, el museo donde están expuestos como obras de arte. Del elenco de dibujantes de Zidrou, un espacio destacado era para Oriol Hernández (La piel del oso), que con su opera prima ya ganó varios premios nacionales e internacionales, entre ellos el de autor revelación. En breve podremos ver su segundo tebeo, Los 3 frutos, cuyos originales también estaban expuestos en exclusiva para el Viñetas y que causaron un gran impacto a los visitantes.
También pudimos ver originales de Montse Martín, quien junto con Teresa Valero ha creado Curiosity Shop, una historia ambientada en el Madrid de 1914; de Alejandro Viñuela, Jano, un autor coruñés de temática y dibujo altamente peculiar; y de Vicent Llobell, Sento, un autor valenciano muy vinculado a A Coruña, que nos ofreció Un médico novato, una obra también laureada y celebrada en nuestra país.
Des del otro lado del Atlántico, directos del mercado americano, pudimos ver el trabajo de Marcos Martín conocido, sobretodo, por su Amazing Spiderman y Daredevil y cuyo estilo le ha merecido ganar un Eisner después de varias nominaciones. Javier Rodríguez, íntimo amigo de Marcos y también ganador de un Eisner, nos mostró que es un auténtico todoterreno en el mundo del dibujo y una verdadera fiera con el color, algo que ha sido repetidas veces destacado. También se pudo ver el trabajo de Charlie Adlard, conocido a un lado y al otro del Atlántico por The Walking Dead.
Las exposiciones están perfectamente organizadas y cuidadas. Sorprende ver originales en un museo y el director del Festival, Miguelanxo Prado, ya destacó en la charla inaugural que los dibujos son tratados igual que obras de arte y son enmarcados y manipulados por auténticos profesionales. La entrada a las exposiciones es libre y gratuita, facilitando, así, que el gran público entre en contacto directo con los procesos de trabajo de los dibujantes.
Viñetas está pensado para todos los públicos, tanto para aquel que llega al cómic por diversión como para aquel que quiere forjarse una carrera como narrador o dibujante de historias. Por ello, se programan charlas donde los autores hablan de su trabajo y encuentros profesionales donde comparten sus experiencias en el mercado y su progresión en el dibujo. Y no podían faltar las sesiones de firmas, donde los autores están disponibles para dedicar sus trabajos. De esta manera, se intenta que el cómic no sea algo exclusivo de un colectivo reducido sino que todos puedan disfrutar de su lectura. Esa premisa da sentido al trabajo de Manel Cráneo, que organiza todas las actividades paralelas al salón, desde talleres de cómic para niños a la feria Autoban de autoediciones, donde se pudieron ver Fanzines y resonaron nombres que posiblemente estén en breve dentro del mundo de la historieta. Es el caso de Xulia Vicente, que ganó el reto de dibujante midiéndose con varios profesionales o Luis Yang. También resulta destacable la presencia de editoriales como Demo Ediciones, que se encarga, entre otras cosas, de publicar a autores en lengua gallega. Toda una declaración de principios en un momento en el que el mercado manda y la crisis aprieta, un leiv motiv que conducía este año la temática.
El modelo que nos propone Viñetas como festival dista de lo que estamos acostumbrados a ver. El cómic sale a la calle y entra a los museos, los libreros pueden poner gratis sus casetas a cambio de aplicar un 10% de descuento a los lectores, los autores están disponibles para firmar, charlar, aconsejar e, incluso, para asesorar a las editoriales que reciben portafolios de aspirantes a dibujantes, como fue el caso de Marcos Martín, que se pasó una tarde recibiendo propuestas en una de las caseta de la feria. Éste ítem junto a la presencia de Kiko da Silva con su escuela de cómic El garaje hermético y su propuesta didáctica, más que interesante, prometen dar al mundo del cómic nuevos nombres a tener en cuenta.
Desde el director, Miguelanxo Prado, el subdirector, Carlos Portela, pasando por la amplia red de voluntarios que hacen más fácil y encantadora la estancia, el equipo al completo merece una enorme felicitación por hacer posible que la historieta no sea solo cosa de unos pocos y se abra de forma coherente a un público nuevo que no por menos habituado será menos exigente. En definitiva, lo que Viñetas nos propone es viajar a orillas del Atlántico para que el mar y el cómic nos lleven mucho más lejos.
29 de agosto de 2014